martes, 18 de mayo de 2010

LO QUE SE DICUTE EN LA ARGENTINA cumpa Leandro Barolo

Inflación, inseguridad, deuda externa, izquierda, derecha, progresismo, indec, pobreza, subsidios, cooperativas, trabajo genuino, ley de reforma financiera, ley de medios, y otros temas marcan la agenda de los medios. Peleas mediáticas entre oficialistas y opositores (de izquierda y de derecha). Es difícil en una nota hablar de todos estos temas ya que cada punto merece una mención especial. Sin embrago vamos a intentar desmenuzar al todo para ver las partes.
¿Que hay detrás de todas estas discusiones? El gobierno por un lado intenta legitimarse mostrándose diferente a los gobiernos anteriores, intenta capitalizar el espacio del progresismo que todos disputan.
¿Que es ser progresista? Beneficiar a los más desprotegidos, flexibilizar o transformar, depende el interlocutor, las herencias de la dictadura o del menemato. Dos procesos sociales que la sociedad repudia. Los progre son aquellos que plantean reformas moderadas que benefician al conjunto de la sociedad y si va dirigido hacia los pobres son más “progres”. La izquierda son los que plantean esto sin moderación o que plantean grandes transformaciones revolucionarias y no solo reformas.
Este abc que todos ustedes conocen no alcanza hoy para entender la realidad. Es decir ¿que es la izquierda? ¿Qué es la derecha? Estos conceptos son conceptos relacionales, esto es, que se miden en relación a otra cosa, por ejemplo nadie duda que los Kirchner están a la izquierda de Menem, aunque abría que verlo. Queremos decir que se mide con otra cosa, nadie es de izquierda o de derecha en si mismo. Sin embargo, esto solo habla de los grandes relatos, que dicen los partidos o los movimientos o las personas sobre cualquiera de estos temas sociales. Pero dice muy poco de lo que hacen estos espacios políticos. Por ejemplo el clientelismo es utilizado tanto por la derecha como por la izquierda más radical.
El problema radica en qué variables de la realidad nacional nos apoyamos para argumentar una caracterización del gobierno. Si por ejemplo nos basamos en las prácticas políticas nada ha cambiado en la argentina. El gobierno kirchnerista se apoya en los intendentes del conurbano que en nada ha cambiado su histórica y consolidada práctica política. Si analizamos el tema de las cooperativas vemos que en nuestro barrio esos planes que venían a terminar con el clientelismo y a crear trabajo genuino, en la práctica, se siguen usando para la política y terminan siendo planes sociales como los que ya conocimos. En esto, el gobierno claramente es la continuidad, argumentado además que más del 90 % de sus funcionarios y militantes son los mismos que estuvieron y gobernaron durante el menemismo, hasta los propios Kirchner gobernaron sin ninguna contradicción 10 años con Carlos Saúl.
Otra variable puede ser su política internacional, analizar a sus enemigos, clarín, mesa de enlace. Las políticas sociales, el discurso del rol del Estado, políticas de derechos humanos, estas variables pondría al gobierno a la izquierda, por lo menos a la izquierda de los anteriores gobiernos. Vemos que en muchos de estos casos son puestas en escena que esconde el alto grado de concentración de la tierra que se esta dando en el proceso K. Además en su lucha contra los monopolios mediáticos, recordemos que fueron los propios Kirchner quienes renovaron las licencias del monopolio. Lo que hay que reconocer es su política en derechos humanos. Sin dudas hay grandes avances en esta materia, por lo menos en relación a los crímenes de la última dictadura. Otra opción son las estadísticas de pobreza o de empleo pero esto no es posible ya que no contamos con estadísticas confiables.
¿Pero cuáles son las variables adecuadas para hacer una correcta caracterización del gobierno? La respuesta es parte de un debate que hace a los distintos espacios políticos. Nosotros pensamos, como ya dijimos, que los términos de derecha e izquierda no alcanzan, las prácticas políticas, y los cambios en la matriz económica son determinantes, las bases sociales y políticas del poder del gobierno también.
¿Por que elegimos estas y no las otras? Porque las otras son insuficientes y no hacen al conjunto, no provocan cambios circunstanciales que provoquen un avance en la democratización (distribución del poder político, económico, social y cultural) de la argentina. Esto se fundamenta en que, lamentablemente, la reforma política fue una reforma electoral, no alcanzó a los sindicatos, donde no existe democracia interna y los burócratas sindicales siguen intactos, sirviendo de base del poder político del gobierno.
En lo económico el cambio de modelo de la convertibilidad permitió que producir en la argentina sea rentable. Hubo un crecimiento de la industria automotriz, en la industria metalúrgica, en la construcción y en la industrial textil, sin mencionar la producción agropecuaria, entre otras. Ese crecimiento empieza a encontrar sus límites en un mercado externo en crisis y en un mercado interno azotado por la inflación.
Es decir que el cambio del modelo de los 90 no permitió un desarrollo industrial que absorba a la masa de desocupados, que la economía sigue siendo regresiva, agrandándose, aun mas, la brecha entre los que mas tienen con los que menos tienen. Esto se debe a que el Estado no ha recuperado las palancas estratégicas de la economía: la energía, el transporte, y la infraestructura básica que permitan un verdadero desarrollo industrial, diversificación de la economía, y el crecimiento y la expansión del mercado interno. Estos recursos estratégicos siguen en manos privadas, que son un verdadero obstáculo para el desarrollo nacional. En consecuencia sigue la política de entrega y saqueo de la nación. El Estado sigue siendo neoliberal. Expresado en la política de minería, de sojización que ellos crearon y ahora dicen combatir, la entrega y la prórroga hasta el 2047 de una concesión que vencía en el 2017, del yacimiento petrolero más importante de la Argentina que tiene el 25% de las reservas de crudo del país. La renegociación fue aprobada el 24 de mayo por la legislatura de Chubut con el voto de los justicialistas, casi todos los radicales y el visto bueno de la provincia de Santa Cruz y el Gobierno Nacional.
Además de la clara intención de seguir endeudando al país con los dnu tan polémicos, recordemos que este gobierno es el que más deuda pago, recursos que tendrían que haber sido volcados a educación, salud, viviendas, y al desarrollo de nuestra nación.
Por otro lado la oposición derochosa patalea frente al fantasma montonero que no es mas que un fantasma, pretende volver la rueda de la historia hacia atrás, pero dividida y sin referentes claros que los agrupe y sin diferenciarse de la política entregadora del gobierno. Hasta hoy es incapaz de representar una alternativa seria de poder.
Ni Macri ni de Narváez ni Duhalde ni toda la derecha descubierta logra despertar la simpatía de las masas.
La centro izquierda reflejada en Sabatela, representa a la vista al riñón Kirchneristas en un intento estéril del gobierno de obstaculizar la única fuerza que parece emergen como una alternativa frente a las políticas entregadoras. Proyecto sur con su referente Pino Solanas pareciera ser el único espacio que hoy esta denunciando tanto al gobierno como a una oposición que no parecieran diferenciarse, salvo en los discursos de barricadas, claro está que no son lo mismo son expresiones diferentes de distintos sectores de la burguesía y el capital concentrado.
Con esto queda a las claras que la frase oficialista del gobierno que no hay nada ala izquierda del gobierno se cae por su propio peso, a la izquierda del gobierno están los trabajadores que luchan por mantener sus puestos de trabajaos y su salario atacado por la inflación. Están las organizaciones de desocupados que luchan contra el clientelismo y por que el plan de las cooperativas no terminen siendo planes sociales y se constituyan como verdaderos puestos de trabajos. Los estudiantes, los ambientalistas, las organizaciones alternativas, las organizaciones campesinas, y el conjunto del pueblo. El desafío es que todos estos sectores sociales comiencen a conformar una masa crítica que empiece a ver la necesidad de agruparse alrededor de lo político, para constituir una verdadera fuerza emancipadora, que permita recuperar los recursos estratégicos y los resortes del desarrollo nacional, con una fuerte base en lo social.

La clase obrera sigue amordazada por la burocracia sindical. Solo en algunos sindicatos, como el subte, los trabajadores construyen sindicatos que verdaderamente defienden a los trabajadores.
Las organizaciones sociales quedaron fuera del escenario político, por un lado gran parte fue coactada por el kirchnerismo y el resto fue marginado. El cambio de coyuntura desconcertó a muchos, la vuelta al mundo de lo institucional, debilitó a las organizaciones territoriales, por lo menos en un primer momento. Sin capacidad de iniciativa, sin posibilidad de referenciarse socialmente los movimientos sociales quedamos fuera del escenario político. La dispersión, la fragmentación del campo popular incrementaron el aislamiento y la marginalidad. Todo esto hace pensar sí no hace falta barajar y dar de nuevo. Reconstruir espacios de discusión, rondas de pensamiento, que nos permita repensar la política y nuestras prácticas, donde dejemos las certezas construidas en estos años y nos preguntemos sí para esta etapa ¿no nos hace falta una agrupación política?, que nos agrupe, sintetice prácticas, nos refleje políticamente y porque no, pelee por el poder político.